Hola, ¿ya llegó a su casa?... ¡No! ¿Todavía en el trabajo?... Bueno… pero por mas duro que sea o haya sido el día… es hora de sentarse en el sillón que mas le gusta… y descansar un poco…
Es hora escuchar buena música… y también de pensar un poco…
Pensar ayuda a relajarse… ¡y recordar también!…¡Déle!... sáquese los zapatos y cierre los ojos… Nosotros los ayudaremos con poesías, cuentos, aguafuerte, comentarios

miércoles, 17 de febrero de 2010

LOS IMPRECINDIBLES

Publicado en Cubadebate 17 Febrero 2010,
(Texto: Alina Perera; Fotos: Kaloian)

Ellos son los imprescindibles. Y andan tan sumergidos en el calor de sus oficios que tal vez no saben cuánto valgan. Sin la tenacidad discreta, despojada de oropeles, de que son capaces, la ciudad sería un caos, un elefante con plantas de papel, un vertedero. Ellos son los atlantes.
Preguntamos por ellos solo cuando la ausencia los hace demasiado evidentes. El resto del tiempo les vemos discurrir como suerte que se da por sentada, como personajes de segunda a quienes el gran guión de la vida les asignó tan solo un bocadillo, acaso una interjección desabrida.
Quien mire sin verlos no ha entendido nada del concierto humano. Pues ellos son más reales que otros muchos: tocan la realidad con sus manos, la transforman con solo aparecer a la luz pública.
Tienen ellos, los imprescindibles, una dignidad que no regatean a nadie. Esta filosofía los anima: «Existo; luego venzo». Allá quienes pretendan disminuir la grandeza de estos gladiadores de la humildad, de estos artífices de un esfuerzo que no espera premios.




martes, 16 de febrero de 2010

Lo quieren hacer de nuevo

Marcelo Corrales

Lo quieren hacer de nuevo. Otra vez con sus camisas de marca, con sus botas y carteras “Cardon”, otra vez van con sus remeras con el cocodrilo, otra vez van con sus vestidos que cuestan mas plata que lo que gana cualquiera de los mortales en un mes.

Y van las damas con cortes de cabellos de última moda hechos en las mejores peluquerías de la zona, donde trabajan las chicas del barrio que viven con el mínimo y en negro, trabajando doce horas por día.

Pero ellos lloran, lloran en velorio ajeno, ellos que lo tienen todo, pero quieren mas y mas avanzan por la ruta con sus camionetas de última generación, las mismas camionetas que luego sus hijos usan para conquistar las ciudades atropellando a todo el que se les cruza, método aprendido de sus padres, quienes ya veneraron a los reyes del atropello, a los militares, a los Cavallos y a los Menen,

Y avanzan por las rutas con tractores que cuestan lo que uno necesitaría para vivir el resto de su vida, tomando mate en porongo de plata, a quejarse por que llueve, por que no llueve, por que hay sol, por que es de noche y por que se les da la gana, mientras que de este lado ya no queda ni “yerba de ayer secándose al sol” (disculpe maestro Discepolo que este humilde muchacho de barrio lo parafrasee)

Van por las rutas a quejándose que la perinola no les dio todo para ellos, solo una gran parte. Pero ellos quieren el resto y entonces cual domingo festivo van con la virgen y el cura al frente a clamar por que tienen que pagar impuestos, por que la camioneta nueva tiene cánones, y por que se les demora el cobro del fideicomiso que tienen en Rosario, donde no pagan impuestos. Fideicomiso que hicieron con dinero de vaya a saber uno que color.

Pero ellos siguen, sin pensar que Netri los mataría si estuviera vivo. Que los grandes del Grito de Alcorta volverían a morir si vieran que hacen sus sucesores.

Estos nietos de gringos, devenidos en terratenientes, defensores de la doble renta, se quejan sentaditos en los bares de las ciudades, sin hacer más que eso, gimotear.

No saben lo que es una pala, no saben lo que es un surco, no saben lo que es traspirar, salvo cuando van al gimnasio a modelar sus cuerpo.

Igual que sus mujeres, que con las tetas plásticas avanzan raudamente a hacerse un lifting, mientras la “negrita”, que trajeron del norte, de la zona donde desmontaron y le sacaron hasta el último lugar donde recoger mendrugos de la tierra que les diera de comer.

Y esa “negrita”, les hace de comer, le lleva los niños a la escuela, les lava los calzones y les limpia el culo.

Lo pero en la vida, lo peor no es ser estúpido, lo peor es ser desagradecido y llorar una y otra vez al cuete, mientras la mayoría se levanta al amanecer, y muchos antes también, para trabajar y producir lo que este pequeño grupo de zánganos consumen.
¿Será Justicia

Ya no puedo soportarlo

Marcelo Corrales

Ya no puedo soportarlo
Quizá sean mis tiempos
Quizá sean mis dolores
Quizá mis desamores

Pero ya no puedo soportarlo
Las noches se hacen interminables
Los dragones sobrevuelan el cuarto
Los días sondas viles que las tormentas

Ya no puedo soportarlo
Los rayos caen sobre mi vida
Y no puedo
No quiero, no debo

Ya no puedo soportarlo
Solo quiero un tiempo blando fuera de la realidad
Ya no quiero estar
Ya quiero partir

Ya no puedo soportarlo
Vivir ya no es lo mío
Solo debo gritar
Y esperar Que suceda

Ya no puedo soportarlo
Espero que en la próxima vida
El amor renazca
En una vida solidaria y acogedora