Hola, ¿ya llegó a su casa?... ¡No! ¿Todavía en el trabajo?... Bueno… pero por mas duro que sea o haya sido el día… es hora de sentarse en el sillón que mas le gusta… y descansar un poco…
Es hora escuchar buena música… y también de pensar un poco…
Pensar ayuda a relajarse… ¡y recordar también!…¡Déle!... sáquese los zapatos y cierre los ojos… Nosotros los ayudaremos con poesías, cuentos, aguafuerte, comentarios

martes, 23 de junio de 2009

EL HOMBRE Y El PERRO

Marcelo Corrales

La mañana era fría, muy fría; uno de esos amaneceres de invierno cuando el sol se asoma casi a las ocho, y recién a las diez la helada recién empieza a derretirse.
Impuesto a despertarse con tranquilidad, sino el día sería pavoroso, se levantó temprano, dejó sonar el despertador largo rato, encendió el velador y también la radio; se vistió entre las sábanas por que la habitación estaba gélida. Vestido ya, fue al baño para orinar con ganas; enchufó la estufa para calentarse un poco y también encendió el anafe para calentar el agua del mate cocido.

Abrió la heladera y vio que solo le quedaban un poco de mayonesa y algunas galletitas de agua, "algo es algo" pensó. Bebió el mate cocido y comió las galletas con mayonesa.
Volvió al baño para afeitarse en seco y peinarse un poco. Cuando creyó estar listo se fue cantando una vieja canción de Charly, como todos los días

¡Carajo!, Está fría la mañana, en este cementerio de mierda cada día hay menos lugar para calentarse. ¡Si me pudiera meter en algún cajón! ; No sería lo mismo que dormir en alguna cama calentita como los pequineses, pero sería mejor que estos mármoles de mierda... Seguramente el olor de los joncas me mataría, pero por lo menos no me cagaría de frío. ¡Ma sí!...

Habrá que bancársela, por que cuando uno es rengo, multicolor y encima no tiene nada de gracioso está jodido viejo. Así que lo mejor que puedo hacer es callarme y aguantar. - Pensó mientras se estiraba en la fría mañana.
Bostezó con ruido y empezó a caminar lentamente rumbo a los tachos de basura que estaban en la puerta, husmeó, no había nada.

- Mierda, nadie tira ni un papel para lamer. - Pensó mientras orinaba con la pata levantada junto al paredón.

Se fue caminando en busca de comida que hubiera en algún tacho de la zona. Era marrón, negro y blanco, flaco, con una renguera pronunciada.

En la calle no había nadie, miró el reloj y marcaba las seis y media, estaba en horario, tenía que tomar el colectivo que lo llevaba hasta la estación de trenes y de allí tendría unos cuarenta minutos para llegar al trabajo.

- Si no hubiera cruzado la calle sin mirar, esa puta moto no me hubiera pisado. , ¡Pelotudo de mierda!..; por lo menos serviría para las carreras en los pueblos y morfaría todos los días... si yo corría bien... pero a uno le gusta la libertad y no es un perro faldero... no anda chupándole las medias a nadie... entonces uno quería salir, pasear... ver que había detrás de las rejas de la casa... ver la libertad... ¿vos me entendés? ... Y entonces pasó lo que pasó... ¡Qué vamos a hacer!...Si a uno lo quieren, lo quieren como es... No cómo los demás quieran que uno sea... ¡Ma sí!... si me echaron que se vayan a la mierda, ¡ellos se lo pierden!

El colectivo pasó a horario, el tren partió puntual, pudo sentarse. No se quejó a pesar de que la mujer de su vida no sentó al lado. A él le gustaba el frío, la mañana sería radiante, no había escuchado ninguna noticia que conmoviera, ni nadie lo embromó en el viaje, ninguna mujer mayor con sus paquetes se sentó al lado, ni tampoco ningún chico juguetón que habla y habla en la falda de su mamá.
- Mientras no se rompa el tren... - Pensó

- Yo me pregunto ¿todos esos cosos que veo tomar los colectivos todos los días, bien vestiditos..., recién bañados..., les gustará ir a trabajar? .... ¿Eso era lo qué querían de chicos? .Después los vuelven a la noche todos hechos pelota, con cara de culo ¿Qué gusto le encontraran? Bueh... he hecho muchas cosas, pero eso no lo hice, no lo hago, ni lo voy hacer - dijo, mientras con la pata renga se rascaba el lomo.

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