M’HIJO EL DOTOR

Marcelo Corrales

¡Cómo sigue funcionando la idea de m’hijo el dotor!. Pasan los años pero volvemos a repetir esta máximo cultural que nos legaron nuestros abuelos. Abuelos gringos, muchos de ellos sin estudios o con pocos años de escolarización que al ver la oportunidad de que sus hijos puedan ir a la universidad no la desaprovechaban; es mas peleaban hasta la muerte para que sus hijos estudiaran.

Y yo no soy la excepción. Es genial ver que mi hija María Victoria es ahora sicóloga; me llena de orgullo y no lo pienso ocultar. Ella se ha sacrificado durante muchos años para conseguir su título; y ese sacrificio constante y permanente me pone aún más orgulloso.

Los largos años que han pasado desde que ella decidió estudiar en la universidad han ido consolidando en mí esta idea que constituye unas de las piedras basales de la cultura de la clase media argentina, trascender a través del estudio y los títulos universitarios.

Y esta idea resiste contra la cultura neoliberal donde lo único que importa es hacer dinero a como de lugar, hacer dinero a pesar de todo, contra todo y si es necesario pisando a todos. Mientras que nuestros abuelos que llegaron de los barcos, creyeron que el esfuerzo y el sacrificio harían grande e importantes a una persona.

No podría asegurar yo que nuestros abuelos tuvieran razón. Es mas a esta altura se que es una lucha que se va perdiendo, por lo menos se van perdiendo algunas batallas.

Pero nadie deja la cancha por que va perdiendo, solo redobla sus esfuerzo para revertir el resultado.

Por eso es bueno que los chicos puedan seguirle peleando a la adversidad y al neoliberalismo con herramientas válidas, para lograr armas poderosas como es el conocimiento.